Aunque no tuviera que trabajar para vivir, seguiría diseñando. Es lo que me hace feliz.
La mayoría de mis clientes sienten el mismo amor por sus proyectos. Son mucho más que un negocio, son su niños. Se dejan la piel por ellos y les hace feliz verlos crecer.
Creo que tú y yo tenemos mucho en común:
- Estámos enamorados de lo que hacemos. Lo nuestro es vocación.
- No paramos de idear nuevas fórmulas para nuestro negocio, nuevas líneas de venta, nuevos formatos y nos desvelamos a media noche proyectando cómo hacerlos realidad.
- Aunque a veces nos desborda todo lo que queda por hacer, nos ilusiona continuar.
- Nos caemos y nos levantamos de nuevo porque sabemos que, a pesar de las dificultades, nuestra siguiente meta está próxima, solo hay que dar los pasos en la dirección adecuada.
Conóceme un poco más
Sobre mí
Estudié Bellas Artes y me especialicé en restauración porque me encanta tomar un objeto antiguo y devolverlo a la vida descubriendo el color y brillo escondidos. Pero echaba de menos mi lado creativo y decidí cambiar de rumbo. Nunca es tarde para reinventarse. Así llegué al mundo del diseño y 20 años después sigo enamorada de mi profesión.
Vivo, rodeada de naturaleza, en una antigua casa de pueblo que comparto con Tokio, una mezcla entre perro y delincuente que se ha ganado a pulso el sobrenombre de TOC (trastorno obsesivo compulsivo).
Cuando diseño se me pasa el tiempo volando. No hay nada mejor que ver la ilusión reflejada en la cara de mis clientes cuando les muestro por primera vez su nueva imagen de marca… salvo quizá un buen sushi ;·)
Conóceme un poco más
Sobre mí
Estudié Bellas Artes y me especialicé en restauración porque me encanta tomar un objeto antiguo y devolverlo a la vida descubriendo el color y brillo escondidos. Pero echaba de menos mi lado creativo y decidí cambiar de rumbo. Nunca es tarde para reinventarse. Así llegué al mundo del diseño y 20 años después sigo enamorada de mi profesión.
Vivo, rodeada de naturaleza, en una antigua casa de pueblo que comparto con Tokio, una mezcla entre perro y delincuente que se ha ganado a pulso el sobrenombre de TOC (trastorno obsesivo compulsivo).
Cuando diseño se me pasa el tiempo volando. No hay nada mejor que ver la ilusión reflejada en la cara de mis clientes cuando les muestro por primera vez su nueva imagen de marca… salvo quizá un buen sushi ;·)